sábado, 25 de abril de 2009

Ciclismo, reflexiones en voz alta.

Hoy mientras entrenaba me ha venido a la cabeza un texto, una pregunta, y como no, su respuesta. Una respuesta que me ha costado bastante encontrar
¿Qué es el ciclismo? Veamos.
¿Alguna vez habéis visto uno de esos programas en los que les preguntan cosas a los niños y estos responden con frases inconexas, o con tonterías propias de su edad? Pues bien, si preguntamos a alguien ‘de la calle’ qué es el ciclismo su respuesta, muy probablemente, comprenderá términos y afirmaciones comunes, de los cuales se podría extraer una definición muy pobre como: ‘Deporte practicado por unos señores que pasan días recorriendo con su bici Francia, y que de vez en cuando salen en la tele debido a casos de dopaje’. Es decir, palabras, que muy poco o nada tienen que ver con lo que realmente es el ciclismo.
Preguntemos a un CICLISTA, qué es el ciclismo. El ciclismo es ese deporte en el que te tienes que levantar a las 7 de la mañana para salir a entrenar a las 10, ese deporte en el que después de llevar 4 horas pedaleando todavía te quedan 2 más, en el que por mucho calor o frio que haga has de cumplir si quieres ser bueno, en el que cada días has de pesarte, tomarte el pulso, en el que no puedes fallar en ningún aspecto, ese deporte en el que a pesar de que un día dices ‘no vuelvo a montar en bici’ al poco tiempo ya estás volviendo a entrenar con más ganas que antes, que te engancha, que te hace sufrir de dolor, de rabia, de impotencia, el deporte que hace que cada día tenga que hacer media hora de rodillos antes de desayunar, con ese regusto a sangre en la boca, típico de hacerlo sin comer nada, ese deporte en el que si no cuidas la alimentación, si no estás delgado no subes bien, en el que después de 6 horas encima de la bici te has de conformar con un pequeño plato de arroz, o a veces ni eso, ‘porque hay que estar fino’, en el que a pesar de haber entrenado mucho has de ayudar a un compañero para que se lleve los méritos, y a ti nadie de fuera del circo te aplauda, en el que has de reparar un pinchazo a las 2 de la tarde en pleno agosto en mitad de carretera, en el que por muy bueno que seas nunca aparecerás en la tele, a menos claro está que des positivo, ese deporte que hace que tu vida social se vea reducida al mínimo durante la temporada, en fin, ciclismo…
Al acabar las series, el trabajo previsto, y después haber sufrido lo indecible, he llegado a la conclusión:
¿Por qué soy ciclista?
Con una sonrisa en la boca he pensado para mis adentros: porque tanto sacrificio siempre tiene su recompensa, y entonces cuando todo ese esfuerzo se vea recompensado, en ese justo momento, serás el ser más orgulloso del planeta, y esa sensación solo te la puede dar un deporte como este.
Hay algo por encima de todas las adversidades, por encima de todo los problemas que este deporte conlleva, la SATISFACIÓN.
Soy ciclista, porque después de las 6 horas de entrenamientos, después de haber cumplido cada día con el entreno, haber salido con lluvia, nieve, granizo, vendavales, de haber pasado muuuucha hambre, de haber llegado apajarado en muchas ocasiones, después de hacer rodillo en ayunas, después de trabajar y trabajar para los compañeros, y después de indignarme viendo como en la tele solo salen casos de dopaje, me queda la satisfacción personal de decir: VALIO LA PENA! Mereció la pena tanto sacrificio, pues, ¿hay mayor satisfacción que ver que le trabajo bien hecho ha dado sus frutos? Creedme que no.

1 comentario:

jordimasfepesa dijo...

Millor no és pot definir!!!
estic amb tu.
El ciclisme és porta a dintre de cada un, i el que va en bici perquè si ho acava deixan per complet, els que ens agrada la bici de veritat no podem passar sense ella.
Molt ven escrit!
Encara recordo quan entrenava i entrenava 4,5 o 6 hores cada dia i els resultats no arribaven, la frustració que això supossava, però un dia, sense saber perquè et començaves a trobar bé i a disfrutar patint. Llavors veies els fruits del sacrifici.